La administración de una propiedad horizontal puede ser desafiante, ya que implica manejar diversas personalidades, intereses y responsabilidades compartidas.
Vivir en una propiedad horizontal, ya sea un condominio, conjunto residencial o edificio de apartamentos, conlleva beneficios indiscutibles, como compartir amenidades y gastos de mantenimiento, pero también puede dar lugar a tensiones entre los copropietarios.
La comunicación efectiva, la transparencia en la gestión y el cumplimiento de las normas pueden ayudar a prevenir y resolver muchos de estos problemas de manera más efectiva.
¿A qué se le conoce como propiedad horizontal en Colombia y cuál es la normativa que la regula?
Debemos partir de la siguiente base, la propiedad horizontal en Colombia son copropiedades o unidades residenciales en las que se comparten áreas comunes como zonas verdes, ascensores, terrazas y parqueaderos. Entre las propiedades con régimen de propiedad horizontal más usuales se encuentran los edificios, conjuntos residenciales y las urbanizaciones cerradas.
Estas se regulan por la Ley 675 de 2001, y se encarga de regular los derechos de copropiedad sobre el terreno y los bienes comunes, garantizando la seguridad y convivencia pacífica de todos los que habitan la propiedad horizontal (incluidos bienes e inmuebles).
Aquí están algunos de los conflictos más frecuentes:
- Pagos y deudas: Uno de los principales conflictos suele estar relacionado con los pagos de las cuotas de administración y las deudas de algunos copropietarios. Los morosos pueden afectar el presupuesto y el mantenimiento adecuado de la propiedad, lo que puede causar fricciones entre los propietarios cumplidos y los que no cumplen con sus obligaciones financieras.
- Uso de áreas comunes: Los desacuerdos sobre el uso de las áreas comunes, como piscinas, gimnasios, zonas verdes o salones de eventos, pueden generar tensiones entre los copropietarios. Algunos podrían abusar o no respetar las normas de uso, lo que lleva a disputas entre vecinos.
- Ruido y comportamiento inadecuado: Los problemas de ruido excesivo y comportamientos inadecuados dentro de la propiedad son otra fuente común de conflictos. Las diferencias en los horarios de sueño, las fiestas ruidosas o el mal uso de las instalaciones pueden generar disputas entre los residentes.
- Mantenimiento y reparaciones: Las decisiones relacionadas con el mantenimiento y las reparaciones de las áreas comunes y las unidades privadas pueden generar controversia. Algunos propietarios pueden considerar que ciertas reparaciones no son prioritarias o pueden surgir desacuerdos sobre cómo financiar ciertos proyectos.
- Reglas y regulaciones: Las normas y reglamentos internos de la propiedad horizontal a menudo se convierten en puntos de conflicto. Algunos propietarios pueden sentir que ciertas reglas son injustas o restrictivas, mientras que otros pueden exigir una mayor aplicación de las mismas.
- Administración y transparencia: Las quejas sobre la administración de la propiedad y la transparencia en el manejo de los recursos son conflictos que también pueden surgir. Los copropietarios pueden cuestionar las decisiones de la junta administradora o exigir una mayor claridad en los estados financieros y los informes de gestión.
- Mascotas: La presencia de mascotas en la propiedad también puede generar conflictos entre los propietarios que aman a los animales y aquellos que pueden estar preocupados por problemas de ruido, limpieza o alergias.
Es esencial que los administradores de propiedades horizontales aborden estos conflictos de manera profesional y respetuosa, fomentando un ambiente de diálogo y buscando soluciones justas y equitativas para todas las partes involucradas. La comunicación efectiva, la transparencia en la gestión y el cumplimiento de las normas pueden ayudar a prevenir y resolver muchos de estos problemas de manera más efectiva.