El lavado de activos tiene raíces tan antiguas como el dinero mismo. Desde prácticas medievales para ocultar ganancias hasta los perdones a piratas por reyes, su historia es intrigante.
El término «lavado de activos» se popularizó gracias a Al Capone en los años 20, quien usaba lavanderías para legitimar sus ganancias ilícitas.
Fue en 1982 cuando el Tribunal del Distrito Sur de Florida marcó un hito, utilizando el término en una sentencia contra narcotraficantes.
La Convención de las Naciones Unidas en 1988 y la creación del Grupo de Acción Financiera Internacional en 1989 marcaron pasos cruciales en la lucha global contra este delito.
El Delito de Lavado de Activos en Colombia
En Colombia, el lavado de activos está tipificado en el artículo 323 del Código Penal, con sanciones que van desde 10 hasta 30 años de cárcel.
Las penas aumentan si se utiliza una persona jurídica o si el delito es cometido por un jefe organizacional.
Jurisprudencia Reciente
La Corte Suprema de Justicia ha esclarecido los elementos del lavado de activos, destacando su independencia del delito previo.
En resumen, el lavado de activos es un delito grave que sigue siendo objeto de vigilancia y acción tanto a nivel nacional como internacional.